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Emiliano Ibáñez, el más grande, el máster, el distinto, el emblema, el “gordito” que la lleva atada…, simplemente K-mote, ese nombre que tantas emociones le dio a la hinchada de Mazazo con ese talento incomparable, esos tacos, esa pegada, ese sacrificio y esos goles. Realmente se merece una despedida “como la gente” del equipo de sus amores, aunque nadie hubiese querido que se vaya.
Con su lento andar y su fina pegada todavía puede verse su imagen en la histórica cancha de la “U”.
A todos los mazazenses nos da mucha lástima no poder volver a verlo en una cancha de fútbol jugando un partido oficial con la camiseta de Mazazo, pero nadie nos podrá quitar esa imagen de "su" juego de nuestra memoria.
Logró convertir en goleadores a George y hasta al Nico Rasquín. Hizo que “Teo” y Diego aprendieran lo que era tirar una pared. Convenció a los Margetic de que el fútbol no era sólo cuestión de meter y meter.
Lo sacó a Karpov de los bares y a los Robledos de los libros para ir a jugar a la pelota. Simplemente por eso, y por la magia que puso en la cancha…ETERNAMENTE GRACIAS…Y HASTA SIEMPRE.
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